No eres un chiflado del Empordà si no has estado en Sant Llorenç de la Muga, localidad situada en el alto valle de la Muga, en una zona también conocida como el Empordà de montaña o la Garrotxa d’Empordà (por su terreno montañoso).

Después de casi un año instalado en estas tierras empujado por la pandemia, llegó el momento de solventar el agravio y visitar esta localidad de l’Alt Empordà, muy alejada del masificado turismo tradicional de pueblos y calas de la Costa Brava.

El núcleo urbano está situado en un pronunciado meandro del río La Muga que atraviesa el término municipal. La muralla protege un recinto de forma triangular con tres puertas de entrada y cuatro torres, y tanto el recinto amurallado como las casas del casco antiguo destacan por su buen estado de conservación medieval, ofreciéndonos un montón de rincones que nos llevan a viajar a otro siglo.

Más sorpresas: el puente viejo, una construcción de tres arcos sumamente romántica y que data igual que las murallas, la delicada y coqueta ermita de Sant Antoni, y el canal de riego que cruza la parte norte de las murallas y que conserva lavaderos públicos.

Una joya a la altura de Besalú, Rupit, o Peratallada.

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