Espectacular y emocionante. Ayer una empresa sueca vivió en propias carnes la experiencia de convertirse en colla castellera. Recuerdo su perplejidad inicial cuando comenzamos a negociar hace meses, sin embargo les convencimos de que conseguiríamos despertar y desarrollar en ellos valores y competencias claves para trabajar en equipo. También nos comprometimos a desarrollar el sentido de la unidad, tanto personal como de grupo. Se involucraron a tope y se dejaron disfrazar de castellers. A medida que la actividad se desarrollaba el grupo se iba cohesionando más y más, hasta que logró formar un equipo que cooperó al 100%, con unas funciones personales específicas que trabajaban a la vez focalizando la fuerza en un objetivo en común. Finalmente se generó una unión entre todos muy especial, se levantaron tres pisos y la euforia fue de “gallina de piel”. Felicidades a este grupo vikingo por haber triunfado en este sensacional team building.